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viernes, mayo 26, 2006

¿Esperas?

LA ESPERA
Esperando...
Lleva 12 minutos de retraso. ¿Vendrá? Nunca ha fallado, pero...

¿Porqué espero?
Es ahora que me toca esperar. Es mi turno de estar esperando.
¿Habrá un tiempo en que ya no espere? ¿La vida es esperar siempre? ¿Siempre esperar? ¿Esperar por todo? ¿Esperar por qué?
La espera y la vida van juntas. La espera es la antesala de cualquier cosa.
Hasta lo que no te esperas lo tienes que esperar. Hasta lo que llega sin avisar de alguna manera lo has esperado.
Espero siempre. Es inevitable esperar.
En primer lugar: ¿qué espero? ¿el amor? ¿un hombre? ¿estar feliz y en paz? ¿satisfacer mis deseos? ¿dar rienda suelta a mis pasiones?
Espero, espero. De nuevo vuelvo a esperar. Y seguiré esperando. Siempre.
Te esperaré toda la vida...
P.D. espero que me llame.

ESPERA
Calma, paciencia, facultad de saberse contener y de no proceder sin reflexión. / Tener esperanza de conseguir lo que se desea. / Permanecer en sitio a donde se cree que ha de ir alguna persona o en donde se presume que ha de ocurrir alguna cosa.
Diccionario de la Real Academia Española (algunas de las definiciones de espera).

ESPERA: Angustia por esperar al ser amado.
La angustia del que espera no es realmente violenta. El que espera puede pensar en ciertos momentos mientras espera que –si está en un bar, por ejemplo– su entorno está alejado de la realidad. “Miro a los que entran, miro a los demás que beben café, charlan, bromean, leen tranquilamente: claro, ellos no esperan”.

–¿Esperas?
–Sí.
–Entonces estás enamorado.

ESPERA
La angustia de esperar la tan ansiada llamada que prometió la persona que es posible te dé trabajo.
Ahora, con el teléfono móvil se han solucionado mucho las oportunidades de esperar, puedes ir al lavabo con el teléfono, salir de compras, ir al bar... pero no puedes ocupar el aparato porque puede ser que en ese momento te llamen.

La espera es un delirio. Es una necesidad de creer que llegará algo grandioso, muchas veces fuera de la realidad.
Si esperas una llamada, contestas el teléfono y no es la persona a quien estás esperando, te enfadas con el que llamó, pero disimulas, te contienes.

A veces juego a que no espero nada, me distraigo con otras cosas, llego con retraso, pero siempre pierdo en este juego y termino esperando.

Por ejemplo, cuando esperamos en la cola del banco, en los aeropuertos, en las colas de las taquillas para comprar entradas al cine, establecemos un vínculo con los empleados que nos atenderán ya que dependemos de un persona que nos hace esperar. Es un vínculo de agresión.

CONSEJOS PARA HACER DE LA ESPERA ALGO MÁS LLEVADERO:
Si esperas en un bar, puedes distraerte leyendo el diario.
Si ya sabes que esperarás por alguien, lleva siempre un libro contigo.
Si te gusta hacer crucigramas es un buen momento para rellenarlos.
Has recuentos mentales, una vez yo me distraje tratando de recordar los nombres de mis compañeras de sexto año por orden alfabético. Cuando conté a un amigo mi pasatiempo, él me dijo que lo iba a poner en práctica tratando de recordar los nombres de todas las personas con las que había hecho el amor...

ANÉCDOTA
–¿Cuál es el color de la esperanza? –me preguntó mi profesora de dibujo cuando tenía 10 años.
–Blanco –contesté.
–¿Cuál es el color de la pasión?
–Rojo –respondí–. Y cuáles son los colores de esperanza y pasión para ti? –le pregunté.
Ella me explicó que el color de la esperanza es el rojo y el de la pasión también. Es muy simple, esperanza y pasión son la misma cosa, porque sin esperanza no puedes tener pasión y sin pasión no puedes tener esperanza.

HACER ESPERAR
Prerrogativa constante de todo poder, “pasatiempo milenario de la humanidad”.

ESTÁS ESPERANDO CUANDO:
Miras el reloj continuamente.
Piensas que tal vez hubo una equivocación en el lugar del encuentro y la hora. Un malentendido.
Recuerdas con precisión los momentos en que entablaron la cita, lo que se dijeron.
No sabes si llamar por teléfono...
Si te asomas a la esquina, tal vez lo veas llegar.
Si te vas y llega en ese preciso momento, sería posible que se fuera –piensas, estás angustiado.
Sientes cólera, quisieras reprocharle que siempre llega tarde.
Después pasas a la angustia, temes que le haya pasado algo.
Sufres. Te sientes abandonado.
Es porque... Estás esperando.

Coro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primero el Amor, después los Celos, luego la Espera, y en todos los casos, similar tratamiento literario. Ello hace suponer la existencia de un plan, esto es, el propòsito de ir explorando la vida afectiva en base a textos donde a tus experiencias, Coro, les agregas lecturas y opiniones diversas. Espero que continúes hacièndolo, porque el Amor, los Celos y la Espera son muy buenos textos y la serie (si es que la tienes) da para más. Dicho sea de paso, estás desarrollando un estilo lleno de inteligencia y de vida vivida (hay alguien, MLavalle, que dijo lo mismo). Con textos así no sólo proporcionas el placer de la lectura, sino también ese otro, tan escaso hoy, de la reflexiòn posterior a la lectura. Virtud adicional, creo, es que incursionas por asuntos espinosos y lo haces libre de solemnidades (tan al uso), con hondura pero sin afanes trascendentales. Vamos, que lo haces desde la vida misma. De nuevo: ojalá continúes subiendo estas micro semblanzas de las emociones humanas.

Como verás, nada he dicho de ningún texto en particular. Intentaré hacerlo en algún post futuro.

KTM