Piano en Cancún.
En la Casa de la Cultura de Cancún tuve la fortuna de escuchar a Lewis Warren Jr, un niño de nueve años de edad. ¡Magnífico! ¡Soberbio! En cuanto sus manos infantiles comenzaron a desplazarse por el teclado con aplomo y seguridad la música se escuchó nítida y los sonidos andaban libres por la sala llenándola de fugas, sonatinas, nocturnos, danzas… Handel, Pachelbel, Bach, Kuhlau, Chopin, Schumann y Prokofiev.
Un chamaquito de pantalón negro y camisa blanca con pajarita y mancuernillas lucía elegante esa noche. Una criatura de corta estatura y modales educados. Adornaba su apariencia una sonrisa y mirada inteligente en su rostro. Así lo miraba desde mi asiento… allí, sentado al piano.
-Comenzó a tocar desde los tres años –escuché que alguien dijo.
-Es un “pequeño grande” –afirmó uno de los asistentes.
-Sí, es un genio –concluyó otra persona.
Efectivamente. Ha sido un privilegio para mí haber estado en la sala de conciertos este viernes pasado… y un placer.
¡Gracias, Lewis!
Coro
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