Domingo musical
En el Auditorio. La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña
Lleno. Lleno de gente... Programa. Alberto Ginastera Glosses sobre temas de Pau Casals. Robert Schumann Concert per a piano i orquestra en la menor, op. 54. Franz Schubert Obertura Rosamunda D.644. Astor Piazzolla Tangazo...
Sin piano, con piano, sin piano con el piano presente... en el Centro. La orquesta, los aplausos. Aparece la pianista, el director. Más aplausos. Las teclas, los dedos, las manos, la melodía, los violines, las violas, el cello, el piano, el escenario y tú. Las flautas, las trompas, los clarinetes, y tú, de nuevo, tú. El piano, los acordes, el director, la batuta, mi boli y tú.
El contrabajo, do re mi, la sol fa, sostenidos, aire, viento, cuerdas, teclas. Agudos, graves, sonoros, altos, bajos, fuertes, delgados y tú. La gente, las cabezas, el silencio, la música, la apoteosis. La marcha, diminuendo, el allegro, ma non troppo, y tú. La batuta y tú, tú, tú...
Las trompetas, los trombones, el saxo, los primeros violines, los timbales, el oboe. La pianista, sus manos calientes, las tuyas frías. El negro de los vestidos, el claro del auditorio, la madera, los asientos, la acústica. Schumann, Schubert, Piazzolla, Ginastera, Casals. Las luces, la penumbra. In crescendo, la furia, el enojo, el teclado, los violines, la réplica. La discusión, la calma, el acuerdo, el llanto de un niño: ¡A callar! De nuevo el piano, el trombón en acelere, la discusión, la discordia. Las notas, las palabras, el silencio, lenguaje escondido. Tú.
Los brillos de los instrumentos, el blanco y el negro. Palomas volando. La respiración, ronquidos cercanos. El arpa, suave... lenta, amor, caricias. Escondido asoma, poco a poco, piano a piano. ¡Ahora!... se descubre. El director, controla, dirige. ¿Estás aquí?, me gustaría... ¿Estás entre la gente que escucha, que siente? La flauta de pan y el clavicordio, no están. Las percusiones tampoco, se han ido. Como tú.
El piano pide, los demás dan. Los demás dicen, el piano responde. Si tú estuvieras... ¿sería igual? en el intermedio... No, no eras, y de haberlo sido, preferiría que no lo fueras... Quiero hablarte en silencio, llenarte de letras.
La pasión del director, la entrega. Se da. Entero. ¿Dónde estás? Tu figura, busco tu figura. La apoteosis, todos a la vez, estruendo, final: tú. La emoción, el llanto, la risa, tú. La calma. ¡Bravo! ¡Bravo! Los aplausos. Más aplausos. Muchos aplausos. No se acaban los aplausos. La gente aplaudiendo por todos lados, en los asientos, de pie, sentados. Los músicos de la orquesta se paran. El director, sale, entra, sale. Los aplausos más fuertes. Vuelve a salir. Más aplausos. Muchos, muchos aplausos. La pianista sale, las flores, entra, vuelve a salir. Más aplausos. Un bis. Me duelen las manos. Interminables palmadas dolorosas. Tú.
Un Solo de piano. Mi corazón emocionado, mis sentidos alertas. ¡Bravo! Más aplausos al final... tendrías que escucharlo, que verlo. Los aplausos en desorden, en orden, te extraño. El canto de las manos, de las tuyas. El lamento frío de tus dedos. Los aplausos cada vez más sonoros y fuertes. Como si te encontrara, aplaudo fuerte. El director no eres tú. De nuevo la música, la batuta... Su pelo, su figura delgada, como tú. Sus manos volando.
El ritmo acelerado. Allegro troppo vivace. Andante. Las percusiones, el viento entre las cuerdas...
Disminuye. Tristeza, acordes melancólicos. Nocturno. Noche. Oscuridad. El dolor. El pensamiento va a ti. ¿A dónde te has ido? Crescendo. Aumento. Grito. Clamor... Silencio.
La levita elegante. La resolución del conflicto. Los violines, los saxos, las trompetas, las flautas. Las manos palomas de paz. La paz. En paz. ¿Dónde estás?
Aplausos, más, más aplausos...
Coro
En el Auditorio. La Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña
Lleno. Lleno de gente... Programa. Alberto Ginastera Glosses sobre temas de Pau Casals. Robert Schumann Concert per a piano i orquestra en la menor, op. 54. Franz Schubert Obertura Rosamunda D.644. Astor Piazzolla Tangazo...
Sin piano, con piano, sin piano con el piano presente... en el Centro. La orquesta, los aplausos. Aparece la pianista, el director. Más aplausos. Las teclas, los dedos, las manos, la melodía, los violines, las violas, el cello, el piano, el escenario y tú. Las flautas, las trompas, los clarinetes, y tú, de nuevo, tú. El piano, los acordes, el director, la batuta, mi boli y tú.
El contrabajo, do re mi, la sol fa, sostenidos, aire, viento, cuerdas, teclas. Agudos, graves, sonoros, altos, bajos, fuertes, delgados y tú. La gente, las cabezas, el silencio, la música, la apoteosis. La marcha, diminuendo, el allegro, ma non troppo, y tú. La batuta y tú, tú, tú...
Las trompetas, los trombones, el saxo, los primeros violines, los timbales, el oboe. La pianista, sus manos calientes, las tuyas frías. El negro de los vestidos, el claro del auditorio, la madera, los asientos, la acústica. Schumann, Schubert, Piazzolla, Ginastera, Casals. Las luces, la penumbra. In crescendo, la furia, el enojo, el teclado, los violines, la réplica. La discusión, la calma, el acuerdo, el llanto de un niño: ¡A callar! De nuevo el piano, el trombón en acelere, la discusión, la discordia. Las notas, las palabras, el silencio, lenguaje escondido. Tú.
Los brillos de los instrumentos, el blanco y el negro. Palomas volando. La respiración, ronquidos cercanos. El arpa, suave... lenta, amor, caricias. Escondido asoma, poco a poco, piano a piano. ¡Ahora!... se descubre. El director, controla, dirige. ¿Estás aquí?, me gustaría... ¿Estás entre la gente que escucha, que siente? La flauta de pan y el clavicordio, no están. Las percusiones tampoco, se han ido. Como tú.
El piano pide, los demás dan. Los demás dicen, el piano responde. Si tú estuvieras... ¿sería igual? en el intermedio... No, no eras, y de haberlo sido, preferiría que no lo fueras... Quiero hablarte en silencio, llenarte de letras.
La pasión del director, la entrega. Se da. Entero. ¿Dónde estás? Tu figura, busco tu figura. La apoteosis, todos a la vez, estruendo, final: tú. La emoción, el llanto, la risa, tú. La calma. ¡Bravo! ¡Bravo! Los aplausos. Más aplausos. Muchos aplausos. No se acaban los aplausos. La gente aplaudiendo por todos lados, en los asientos, de pie, sentados. Los músicos de la orquesta se paran. El director, sale, entra, sale. Los aplausos más fuertes. Vuelve a salir. Más aplausos. Muchos, muchos aplausos. La pianista sale, las flores, entra, vuelve a salir. Más aplausos. Un bis. Me duelen las manos. Interminables palmadas dolorosas. Tú.
Un Solo de piano. Mi corazón emocionado, mis sentidos alertas. ¡Bravo! Más aplausos al final... tendrías que escucharlo, que verlo. Los aplausos en desorden, en orden, te extraño. El canto de las manos, de las tuyas. El lamento frío de tus dedos. Los aplausos cada vez más sonoros y fuertes. Como si te encontrara, aplaudo fuerte. El director no eres tú. De nuevo la música, la batuta... Su pelo, su figura delgada, como tú. Sus manos volando.
El ritmo acelerado. Allegro troppo vivace. Andante. Las percusiones, el viento entre las cuerdas...
Disminuye. Tristeza, acordes melancólicos. Nocturno. Noche. Oscuridad. El dolor. El pensamiento va a ti. ¿A dónde te has ido? Crescendo. Aumento. Grito. Clamor... Silencio.
La levita elegante. La resolución del conflicto. Los violines, los saxos, las trompetas, las flautas. Las manos palomas de paz. La paz. En paz. ¿Dónde estás?
Aplausos, más, más aplausos...
Coro
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