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martes, septiembre 12, 2006
¡SILENCIO!
Lo recordé esta mañana en clase...
un cuento de
MAX AUB
Hablaba y hablaba...
Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
¿Qué puedo poner en la boca de los que no paran de hablar?
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4 comentarios:
Hola Coro:
Tal vez, escucharlos con atención, como tu escibiste: en silencio. Puede ser que hablen una historia o relato interesante...
Eleonaí, hola
Me encanta escuchar... y me gustaría saber qué es lo que dicen todos...
Y, sí, hay cada historia...
Oh! yo siempre escucho y escucho y muchas veces también tengo que guardar silencio. Me gustó el texto.
Escuchar el silencio......esa es la clave.
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