Cosas que suceden por mi barrio...
Él no soportó tanto cariño y atenciones y seguramente se sintió atrapado, ¡asfixiado!, como a veces suele suceder en la vida.
Por la mañana, antes de que llegara el veterinario, el perrito escuchó una voz familiar.
Saltó la reja y moviendo el rabo y dando de brinquitos de gusto se largó con una señora que le llamaba por su nombre.
Nicolasa lo miró todo...
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