Otro sueño,
el segundo, era pasear un año por las calles de París. Entrar a todos los
museos, varias veces al D’Orsai; recorrer los palacios; sentarme en los Campos
Elíseos a beber un café y disfrutar del paisaje. Subir a la Torre Eiffel; y,
dar un paseo por el Sena. Comprar flores en un día soleado; y, llevar el
paraguas conmigo siempre. Descubrir que en la mesa contigua está comiendo
Gerard Depardieu. Todo bello.
Y yo, enamorada.
El tercer
sueño fue visitar Egipto. Encontrarme de cerca con las pirámides, incluso
entrar en una de ellas; tomarle una foto a La Esfinge; subirme a un camello en
el desierto. Regatear alguna compra en el mercado; y saludar a Tutankamon en el
Museo del Cairo. Luego ir a Luxor y al Valle de los Reyes y las Reinas. Navegar
por el Nilo de día espantándome las moscas. Y terminar en una playa de
Alejandría departiendo con amigos de varias nacionalidades. Todo bello.
Y yo, enamorada.
Y así,
seguían mis sueños deseosos de experimentar en tierras lejanas, en querer vivir
y conocer culturas y gente de otras latitudes; siempre atenta, observando,
respetando costumbres. Adoptando hábitos, incorporándolos en mí. Gozando de lo
que el mundo me ofrecía. Probando diferentes comidas, bebiendo de distintos
manantiales, bañándome en otras aguas y haciéndolas mías. Todo bello.
Y yo, enamorada.
Todavía
tengo a Barcelona en mis sueños; añoro la ciudad condal; caminar por las
Ramblas; sentarme en un café y beber un cortado comiendo un bocadillo de fuet.
El Paseo de Gracia. La Catedral. El Palau de la Música. El barrio chino. Gaudí,
el Parque Güell. Los callejones donde me encontraba una pareja bailando tangos,
un grupo de jazz, un mimo, y en una ocasión a Manu Chao tocando la guitarra y
cantando su Clandestino. El teatro,
los amigos del Lupanar literario. Mi
primer pisito en el Gótico, mi otro piso con terraza en Gracia, las fiestas,
los amigos. Mi corazón que allí quedó. Todo bello.
Y yo, enamorada.
Vivir en una
urbe de las más pobladas del mundo: la Ciudad de México. Otro de mis sueños era
descubrir esos contrastes que enriquecen la esencia mexicana que me pertenece.
El norte citadino, con sus edificios inteligentes y su modernidad; el centro,
con su historia y edificaciones donde mezclas de cultura azteca y española se
fundieron; mi añorado Coyoacán, entre otros barrios, que hacen del sur un lugar
especial; los suburbios y sus centros comerciales. Las librerías, obras de
teatro, los cines, los museos, los antros, la artesanía. Todo bello.
Y yo, enamorada.
¿Cuándo
regresarás? Preguntaba mi madre. Veía tan lejano mi retorno. Tal vez, algún
día, quizás, nunca… Mis sueños seguían: tocaba vivir en Cancún y en Playa del
Carmen; disfrutar del Caribe Mexicano estaba al alcance de mi mano, y ¿por qué
no?, bañarme en ese mar tan turquesa; mis pies descalzos cubiertos por arena
blanca y suave era otro de mis deseos oníricos. Todo bello.
Y yo, enamorada.
Llegó el
tiempo. Y aquí, en esta mi Ciudad Victoria, las raíces amarran mis pies a la
tierra, y vuelan mis recuerdos a la niñez. Sueño con las declamaciones de mi
abuela; jugar con mis primos; el Diecisiete; el agua fresca del río los
domingos de verano. He vuelto a la tierra que me pertenece, he visitado el
cementerio donde mis antepasados descansan. Sueño con ese tiempo y este lugar
cuando mamá cantaba el Cuerudo y reía. Todo bello.
Y yo, enamorada.
¿Qué es la
vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Calderón de la Barca
Ilustración tomada de "Mis imágenes de Google"
2 comentarios:
¡Qué placer volver a leerte! Ni me había enterado de que habías resucitado tu blog. Felicidades por lo que escribes, por todo lo que haces.
Ramón de Aguilar
Ramón, el placer es tener tus letras este espacio. Gracias por tus palabras siempre amables.
Me gustaría, de verdad escribir más en este blog, escribir más en general... me lo voy a proponer ¡lo necesito!
Gracias por tu generosidad.
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