«Abuelito, ¿qué es mejor: el pastel de carne que cocina la abuela o la felicidad eterna?»
«Cualquiera diría que la felicidad eterna es mejor, pero no lo creo. Nada es mejor que la felicidad eterna y el pastel de carne de la abuela es mucho mejor que nada. Por lo tanto el pastel de carne es infinitamente mejor que la felicidad eterna», me respondió el viejo mientras nos servíamos doble ración de pastel.
Al terminar la cena nos fuimos al salón, mi abuelito quería mostrarme unas fotografías de la familia que había estado desempolvando. Escogió una y me la mostró:
«Mira ésta: Ni hermanos ni hermanas tengo, pero el hijo de este hombre es el hijo de mi padre. ¿Quién crees que sea?», me preguntó.
¡Vaya lío! Me gustaba más el viejo cuando tocaba su violín o se ponía a declamar. Pero él era impredecible, de que le daba por los acertijos o por los aforismos, las sobremesas eran de reflexión.
Recuerdo tres aforismos que nos dijo el viejo esa noche:
Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios. Confucio.
«Cualquiera diría que la felicidad eterna es mejor, pero no lo creo. Nada es mejor que la felicidad eterna y el pastel de carne de la abuela es mucho mejor que nada. Por lo tanto el pastel de carne es infinitamente mejor que la felicidad eterna», me respondió el viejo mientras nos servíamos doble ración de pastel.
Al terminar la cena nos fuimos al salón, mi abuelito quería mostrarme unas fotografías de la familia que había estado desempolvando. Escogió una y me la mostró:
«Mira ésta: Ni hermanos ni hermanas tengo, pero el hijo de este hombre es el hijo de mi padre. ¿Quién crees que sea?», me preguntó.
¡Vaya lío! Me gustaba más el viejo cuando tocaba su violín o se ponía a declamar. Pero él era impredecible, de que le daba por los acertijos o por los aforismos, las sobremesas eran de reflexión.
Recuerdo tres aforismos que nos dijo el viejo esa noche:
Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios. Confucio.
Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace. Jean-Paul Sartre.
La felicidad no brota de la razón sino de la imaginación. Immanuel Kant.
Ps. ¿Sabes quién era el de la foto del abuelo?
Ilustración: Fotografía tomada de “Imágenes Google”. Jean Paul Sartre.
13 comentarios:
era el mismo abuelo.... luego de cinco horas y media de penar y plantearme respuestas inverosímiles he llegado a aquella conclusión... era el mismo abuelo !!!
Coro querida
Tu abuelo, ta genial como siempre. Tiene razón: la felicidad es lo que puedes gozar en es momento; cuando tienes ánimo, vida para hacerlo. El momento que comes el pastel de carne, o un pastel de chocolate amargo; disfrutando y gozando cada bocado, ese es el instante más feliz. Porque no hay felicidad eterna, sino instantes, momentos de felicidad.
Jean Paul Sartre me la complica, je. Pero tiene toda la razón: (casi) todos podemos hacer lo que queremos; el chiste es querer lo que hacemos.
Un beso
Efectivamente pienso en que sea el abuelo mismo, el de la foto. Efectivamente puedo concordar con que la textura, sabor y placer de degustar un sabroso pastel de carne sea mejor que la felicidad eterna. Si todo el tiempo eres feliz, ¿cómo sabes que lo eres?cómo lo valoras o lo comparas con otros estados de la vida? El pastel recurrentemente es una expectativa que se cumple,en tanto que la felicidad, aún añorándola y trabajando a diario para conseguirla, llega inesperadamente y a veces tomamos conciencia de ella "a toro pasado"...
Ya me puse disertativo...
Lindo post, linda enseñanza del abuelo y gracias por poner a mi nuez a trabajar y salir de su letargo dominical.
Saluditos!
La foto era de él mismo!!!
Me fascina ese abuelo, su filosofía y su violín...¿será acaso porque me hubiera gustado haber tenido el honor de tocar junto a él?
Mmm, mi imaginación voló.
Abrazos con precaución (todavía).
Claro que era el padre de tu abuelo.
Buen provecho.
Era él mismo... ah, la sabiduría de tu abuelo... la extrañaba... echaba de menos tus relatos Coro y me alegro q estés de vuelta.
besitos
El querido viejito (cada vez nos és más querido) era todo un sofista. Ya sabía yo que tenía un algo me era irresistible.
Como la felicidad eterna no existe, me gustaría mucho probar un trozo (o dos) de ese pastel de carne de la abuela. A ojos ciegas.
Un cariñoso abrazo.
Me encanta leer sobre tu abuelito.
Otra frase de confucio. "Un poco de dinero tranquiliza, pero mucho dinero aumenta las preocupaciones"
Me encantaría probar el pastel de carne. Umm....
te juro que nunca he probado pastel de carne O.o
saludos!
El de la foto era su padre, no?
Echaba de menos a tu abuelo.
Me gusta la frase de Kant, sobre todo porque si es verdad tengo muchas papeletas para ser feliz.
Un beso!
Yo no creo en la felicidad aunque admito que ha habido alguna mujer que me ha hecho dudar de su existencia.
Si para el postre hay pastel de carne, me apunto :). Un gran abrazo.
la felicidad siempre buscada, y muchas veces de tanto buscarla nos olvidamos de que hay que encontrarla, dentro de cada uno claro
yo a veces la siento, otras la llamo y otras paso de ella jejeje
saludos
Estimad@s: George, Marichuy, Dr. Gurma, Alba, Eleonaí, Nayuribe, Fernando, Soportándome, Kev, Io, El navegante, Jesús...
A todos muchas gracias por visitarme y por sus comentarios.
Estos días he tenido una serie de actividades que no me han permitido escribir en el blog. Pero como es algo bueno, pues nomás les digo que dentro de muy poco ¡¡¡les daré la noticia!!!
Y, la respuesta a quién era el de la foto no la encuentro... pero creo que era el abuelo. Sí, el abuelo, ¿alguien piensa lo contrario?
Muchos besos y abrazos para tod@s.
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