Deja para mañana lo que podrías haber hecho hoy
(y comenzaste ayer sin saber cómo).
Y que mañana sea mañana siempre;
que la pereza deje inacabado lo destinado a ser perecedero;
que no intervenga el tiempo, que no tenga materia en que ensañarse.
Evita que mañana te deshaga todo lo que tú mismo pudiste no haber hecho ayer.
Ángel González
3 comentarios:
Hola:
El resto del día pensaré tu consejo.
Que tengas un año tranquilo, suave y muy luminoso.
Esta es una filosofía muy zen. Sí, a veces es mejor la inmovilidad.
Pues yo pensaba dejar para mañana las respuestas a sus amables visitas, pero me ganó la impaciencia, jajaja.
Gracias por comentar, Eleonaí y Angeek ¡aquí los espero!
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