A mi abuela le encantaba organizar saraos, ir al teatro, montar a caballo, jugar tenis… El quiquiriquí del gallo era su despertador y el comienzo de su actividad. Se levantaba gustosa para ir a la misa y a su regreso ordenaba todo, disponiendo, mandando; subía y bajaba, salía… Moviéndose siempre con la agilidad de una joven moza que, a veces, ponía a mi abuelo de nervios.
«Es que no me alcanza el tiempo», decía ella, sin dejar de hacer algo. Lo que fuera. Regar las plantas o tocar el piano. Sus manos nunca estaban quietas. Una vez la descubrimos que, dormida, tejía un jersey.
El abuelo meditaba, sentado y silencioso, con la mirada fija en una mancha dibujada en el techo de la sala. Parecía transportado a otra época. Completamente lejano del ruido y de la actividad de su entorno.
-Ya han pasado dos meses y parece que fue ayer cuando festejábamos aquí mismo con los primos –le dije.
-Sabia virtud de conocer el tiempo… -me respondió.
Me senté en el sillón y me uní a la contemplación del viejo. Comencé a encontrar formas en la mancha del techo. Primero distinguí una cara de hombre barbudo, luego ese rostro se transformó en una naricilla pecosa que acto seguido fue un perro con colmillos que rápidamente se convirtieron en un par de ojos gatunos que se difuminaron hasta parecerme todo unas olas de mar en movimiento...
-En el espacio nos movemos hacia cualquier dirección. Observa a la abuela –me dijo.
Y la miré: esbelta; falda larga; collar de perlas y arracadas; pelo cano, recogido en un moño. En esos momentos tenía el teléfono entre la oreja y el hombro; en una mano, un cucharón; en la otra, el encendedor de la estufa; caminaba alrededor de la mesa; removía comida en un recipiente; a la vez que hablaba por su inalámbrico, asentía o negaba con la cabeza a la cocinera que algo le decía, y daba probaditas a un guisado… No paraba de gesticular y moverse.
Volví a la mancha del techo.
-Abuelo, ¿cómo hago para viajar al futuro? Quisiera saltarme algunos días y volver al presente después de los exámenes…
-No puedes hacer esos saltos en el tiempo. Aún –me dijo, y agregó-: Sin embargo viajamos en el tiempo todo el tiempo, sin parar, a una velocidad de segundo por segundo en una corriente poderosa que nos empuja al futuro, sin tregua. Lo único que tienes que hacer es, como dijo Renato Leduc que dice el refrán, dar tiempo al tiempo…
-Y estudiar, abuelito, no me queda otra salida… todavía estoy a tiempo.
-En el universo de Newton el viaje en el tiempo era imposible. En el de Einstein, se ha convertido en una posibilidad real -concluyó.
Y los dos mirando al techo continuamos dándole a la imaginación, sacando formas y figuras de la mancha… hasta que, de pronto, escuché la voz del abuelo:
AQUÍ SE HABLA DEL TIEMPO PERDIDO / QUE, COMO DICE EL DICHO, / LOS SANTOS LO LLORAN
Sabia virtud de conocer el tiempo; / a tiempo amar y desatarse a tiempo; / como dice el refrán: dar tiempo al tiempo… / que de amor y dolor alivia el tiempo.
Aquel amor a quien amé a destiempo / martirizóme tanto y tanto tiempo / que no sentí jamás correr el tiempo, / tan acremente como en ese tiempo.
Amar queriendo como en otro tiempo / -ignoraba yo aún que el tiempo es oro- / cuánto tiempo perdí –ay- cuánto tiempo.
Y hoy que de amores ya no tengo tiempo, / amor de aquellos tiempos, cómo añoro / la dicha inicua de perder el tiempo…
Luego, llegó de nuevo el silencio y la mancha. No sabría calcular por cuánto tiempo...
Ilustración: La primera de las diez láminas del test de Rorschach.
Fuente: Wikipedia.
35 comentarios:
"-Abuelo, ¿cómo hago para viajar al futuro? Quisiera saltarme algunos días y volver al presente después de los exámenes…"
Querida Coro
Buena pregunta. Quimera que todos los niños escolapios deseamos alcanzar alguna vez.... infructuosamente.
Tu abuela me encantó y me recordó a la mía. Esa especie de compulsión, multi-habilidad diría yo, que le permitía emprender casi cualquier cosa... menos jugar tenis o tocar el piano, porque mi abue era más humilde; pero el espíritu es similar.
Un beso
Que bonito escribes Coro, felicidades, me encantó, y que abuelos tan guays tienes...yo conviví poco con ellos, pero guardo también muy buenos recuerdos, sobre todo de la personalidad fuerte de mi abuela materna.
Saludos y que tengas un buen dia, ya andamos otra vez por la blogósfera ;-)
POr fin has vuelto!
Me ha gustado mucho. La mancha en el techo es muy freudiana, no? Y el viaje en el tiempo me encanta.
Comparto con Soportándome, ya los extrañábamos. Al Abuelo y a ti por supuesto.
Lo que estás haciendo es maravilloso Coro, simplemente maravilloso.
Aullidos gustosos para ti.
Querida Coro:
Me podría haber dedicado esta entrada con la lámina de Rorschach, jajjajaa.
Me transporta leerla.
Abrazos
Me encanta...."amar queriendo como en otro tiempo, ignoraba yo aún que el tiempo es oro, cuánto tiempo perdí, ay cuánto tiempo"...aaayyyy, doloooorrrr, ya me volviste a daaaarrrr.
Y tu abuelo, qué decir, ahora se agrega a la agradable lectura tu abuela, que hermosa familia, gracias por dejar entrever en esta ventanita virtual tus vivencias infantiles.
Te dejo un abrazo.
Coro, manchas vemos, locuras no sabemos. Y de manchas estoy hasta la Mancha. Mi mujer, quien es Maestra en Psicología me ha manchado mi expediente, además es obsesiva con las manchas. Sobre todo las mías. Pero el mundo de las manchas es tan imaginativo, que cierto, deja huella. Lindo tu relato.
---Marichuy:
Tal pareciera que continúo siendo una escolapia... quiero que ya pase todo el inicio de mi proyecto (engorrosos temas burocráticos) y aparecer en el presente cuando ya el negocio esté dando frutos... ¡Imposible!, ya lo dijo el abuelo, jajaja.
Y de la abuela hay mucha tela por donde cortar...
Besos
---Lorena:
Gracias... y sí, l@s abuel@ con personalidad cómo marcan.
Bienvenida de nuevo.
Un abrazo
---Soportándome:
Las manchas freudianas y creativas... una vez mirando las nubes ni tte cuento las formas que veía.Y ¡ay! cómo quisiera en este momento que ya estuviéramos en abril, jajaja.
---Lobo:
Querido, es un honor lo que me dices. Gracias.
Yo te regreso besos y maullidos de mis gatos.
Gracias por sus comentarios, les mando besos y abrazos.
DR. FREUD:
Querido Doctor, qué lapsus he tenido. ¡Por supuesto que esta entrada era suya!... jajaja.
Para remediarlo un día le daré la sorpresa y le dedicaré otra. No le digo cuándo, pero se lo prometo.
Ps. Me gusta transportarlo.
---Alba:
Querida, ¡ya llegó la abuelaaaaaaaaa!
Muchos besos y abrazos.
---Luis:
Es un placer tenerte por aquí.
¡Bienvenido! con manchas o sin ellas... y el que no esté manchado que tire la primera piedra, jajaja.
Gracias por sus comentarios.
Besos y abrazos.
Y te extrañaba a tí y a tu abuelo... y ahora viene también la abuela...
Uf te sentaron bien las vacaciones???
A veces nos aceleramos tanto y queremos que todo pase tan rápido que no damos el TIEMPO necesario a la vida...
besos coro
ME ENCANTARON TUS PALABRAS TU RELACION DE IDEAS!!! genial!!!
rocharch un grande! jaja
un saludo cordial
precioso blog
georgi
Para mí el tiempo es el bien más preciado que existe: el pasado, que es nuestra esencia, lo que somos; el futuro, con lo que nos queda por vivir; y el presente, tan escaso, tan volátil, que derrochamos a manos llenas.
Yo querría escribir así...
---Nayuribe:
Gracias, también te extrañaba, escribir en el blog, contar mis historias...
Las vacaciones fueron en parte porque me encontré con mis socios y concretamos la empresa (ya diré más adelante, de qué se trata)... pero estuve en un lugar muy lindo ¡eso sí!
Muchos besos.
---Georgina:
¡Bienvenida!
Muchas gracias por tus palabras...
Besos y abrazos para ti. Aquí te espero, ¡vuelve!
---Fernando:
Coincido contigo en tus reflexiones del tiempo. El bien más preciado, claro que sí.
Y, muchas gracias por el honor que me haces...
Me alegra muchísimo verte por aquí de nuevo, acompañada de tus abuelitos.
¿Te confieso algo? Al igual que al abuelo, a mí también me desesperan un poco aquellos que no saben parar quietos xD
Interesante la reflexión del tiempo.
Un abrazo enorme.
"Una vez la descubrimos que, dormida, tejia un jersey"
Ja,ja, desde luego no se puede aprovechar mejor el tiempo. Prueba a quedarte mirando azulejos con dibujos tenues de los que hacen aguas. Cada minuto descubres una imagen diferente.
Ya se echaba en falta a tu abuelo por aquí.
Mil besos!
Siempre emotiva y siempre fabulosa la sensación que se me queda tras leer tus líneas...
Un fuerte abrazo desde el Otro Lado
---Perséfone:
Y a mí me alegra recibirte...
La tranquilidad del abuelo y la actividad casi sin freno de la abuela los hacía una pareja de lo más peculiar.
Gracias por tu tiempo.
---Io:
Jajaja, muy surrealista, creo...
Y, claro que me encanta mirar azulejos, paredes, charcos, etc, etc.
Yo también echaba en falta al viejo. Y ahora la abue...
Besos.
---Borja:
Me halaga y alegran tus palabras. Muchas gracias.
También te envío un abrazo fuerte desde este Lado.
Que bueno que regresaste, te envio un cordial saludo y un abrazo.
Coro, un placer leerte y paladear tu blog; además de Leduc entremezclado con tus abuelos. Cuando los padres son enemigos, los abuelos se convierten en los mejores amigos y en complices irredentos.
Coro, Coro, Coro.
Pensé en ti al escribir el relato del reloj. Te lo voy a dedicar.
El tiempo... algo que obsesionaba a Borges; el fantasma paralelo al al espejo en que nos vemos.
Un abrazo.
Te dejo algo en mi blog... pasa a revisarlo.
besos
Estimada Coro:
Así debe ser, que nos hablemos de usted.
Perp hoy le mando un guiño.
Me gustan tus comentarios y entré a conocerte. Me gusta el relato. Hay que dar tiempo al tiempo. Totalmente de acuerdo.
---Alikhandr@:
Por aquí andaré de nuevo, sólo que con menos frecuancia... muchos saludos y abrazos.
---DOCTOR FREUD:
Me hace usted reír mucho, jajaja, sin faltarle al respeto, claro. Y le informo que ya escuché su entrevista ¡buenísima!
Le mando besos.
---Zoorombático:
Es un honor tu visita, espero que seamos asiduos visitantes de ambos blogs ya que el tuyo me gustó mucho también.
Respecto a los padres... algo hay de eso... enemigos no exactamente (aunque casi), y la complicidad de l@s abuel@s es un apoyo muy grande para cualquier niñ@...
Abrazos.
Y el placer ha sido mío.
--Soportándome:
No sabes la alegría y amoción que me dio cuando vi la dedicatoria... muchísimas gracias. Y además el relato del reloj ¡me encantó!
Abrazos sin relojes ni tiempos.
---Avelina:
Borges, el tiempo... cuánto tiempo hace que no nos vemos...
Muchos besos.
---Nayuribe:
Tengo el meme para hacer. Mi próxima entrada ¡prometido!
Gracias por tomarme en cuenta.
Besos y abrazos.
---DR. FREUD:
Besos, abrazos y... guiños.
---Maritoñi:
¡Por fin! ¡Ha venido Maritoñi! Me hace usted feliz.
¡Qué bien que le gusten mis relatos!
Bienvenida y espero que repita.
Le mando abrazos y besos y también guiños como al Doctor...
Entrañable, vosotros y Rorschach juntos sois los mejores terapeutas del relax.
Pues, aunque vengo de tiempo en tiempo siempre me doy tiempo para leer -con el tiempo justo- acerca del viaje en el tiempo...
Jeje...
Muy sabio tu abuelo, ah!!... Parece que siempre tuvo las palabras exactas para describir con sencillez la realidad en que vivimos...
Por cierto, le encontré dos figuras a esa mancha: por un lado es una especie de gato o ratón malvado; por otro, parecen dos parejas bailando una frente a la otra... (las ves??...)
Un abrazo, querida Coro...
Y el tiempo sigue. Inexorablemente.
Es el único bien repartido igual. Tod@s tenemos el mismo tiempo.
^-^interesante!
Coro:
Felicidades. Éste y todos los días.
MAestra ¿en dónde te has metido?
coro, donde andas???
saludos!
Hola, sería agradable conocer el libro que has publicado, so espero informes sobre el asunto. Saludos...
dejo el correo: mundo.sordido@gmail.com
Paisana...como que ya duró mucho la ausencia.
Extraño tus relatos, al abuelo, la infancia.
Por lo pronto te dejo un abrazo.
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