A veces grandes, gigantes... nos invitan al respeto.En ocasiones sumisas, moderadas, ¡no les creas!, no te engañen.
Mentirosas, con corrientes subterráneas que te atrapan y te hunden, te sacuden y revuelcan hasta que no puedes más.
Según Wikipedia:
"Las olas son ondas que se desplazan por la superficie de mares y océanos, puestas en marcha por el viento, y son el principal agente de modelado de las costas."
Siempre que escribimos sobre las olas parece que hablamos de algo apasionado. Y es que…
¿Cuándo hemos visto una ola insípida? ¿Una ola
aburrida? ¿Una ola
igual a otra?
Entre más se estrellan, embravecen al mar y chocan contra las rocas o sacan sonidos que hacen rugir al viento, más nos emocionamos.
Las olas son así: fuertes, seguras, van y vienen, caprichosas, juguetonas, divertidas, salvajes y no tienen piedad.
¿Te has sentido fascinad@ observando las olas?
¡Cuidado! No te enamores de una…
Te recomiendo que leas el cuento que escribió Octavio Paz… he aquí un fragmento:
Mi vida con la ola
"Cuando dejé aquel mar, una ola se adelantó entre todas. Era esbelta y ligera. A pesar de los gritos de las otras, que la detenían por el vestido flotante, se colgó de mi brazo y se fue conmigo, saltando. No quise decirle nada, porque me daba pena avergonzarla ante sus compañeras. Además, las miradas coléricas de las mayores me paralizaron. Cuando llegamos al pueblo, le expliqué que no podía ser, que la vida en la ciudad no era lo que ella pensaba en su ingenuidad de ola que nunca ha salido del mar. Me miró seria: Su decisión estaba tomada. No podía volver. Intenté dulzura, dureza, ironía. Ella lloró, gritó, acarició, amenazó. Tuve que pedirle perdón. Al día siguiente empezaron mis penas. …
…
Su presencia cambió mi vida. La casa de pasillos oscuros y muebles empolvados se llenó de aire, de sol, de rumores y reflejos verdes y azules. … ¡Cuántas olas es una ola o cómo puede hacer playa o roca o rompeolas un muro, un pecho, una frente que corona de espumas! Hasta los rincones abandonados, los abyectos rincones del polvo y los detritus fueron tocados por sus manos ligeras. Todo se puso a sonreír y por todas partes brillaban dientes blancos. El sol entraba con gusto en las viejas habitaciones y se quedaba en casa por horas, cuando ya hacía tiempo que había abandonado las otras casas, el barrio, la ciudad, el país. Y varias noches, ya tarde, las escandalizadas estrellas lo vieron salir de mi casa, a escondidas. El amor era un juego, una creación perpetua. Todo era playa, arena, lecho de sábanas siempre frescas. Si la abrazaba, ella se erguía, increíblemente esbelta, como tallo líquido de un chopo; y de pronto esa delgadez florecía en un chorro de plumas blancas, en un penacho de risas que caían sobre mi cabeza y mi espalda y me cubrían de blancuras. O se extendía frente a mí, infinita como el horizonte, hasta que yo también me hacía horizonte y silencio. Plena y sinuosa, me envolvía como una música o unos labios inmensos. Su presencia era un ir y venir de caricias, de rumores, de besos.
…"